Sumergido dentro de una de las represas más impresionantes del país, este lugar se convierte en un espacio donde la arquitectura se funde con el paisaje. El proyecto es considerado como un lugar para desconectarse del entorno y donde la naturaleza se convierte en la mayor atracción. Su nombre, Taira, remonta a los pueblos indígenas que habitaron la zona en el pasado y nos transporta a un lugar único dentro de Colombia. La arquitectura está proyectada para ser transformable y, por lo tanto, propone casas que se abren o cierran completamente según su habitabilidad y las condiciones climáticas del lugar. Sin embargo, la rotación de las casas responde a la condición del paisaje, donde esta vista se convierte en una obra de arte dentro del proyecto.